Barliona. Un mundo virtual repleto de monstruos, batallas y, por supuesto, jugadores. Millones de ellos acuden a Barliona, ansiosos por encontrar aquí todo aquello que no pueden conseguir en la vida real: elfos y magia, dragones y princesas, y memorables combates. La popularidad del juego ha alcanzado cotas tan altas que muchos jugadores se pasan meses conectados sin regresar a sus casas. En Barliona, todo vale: puedes atacar a otros jugadores, subir de nivel, convertirte en un héroe mítico, un mago o un ladrón legendario. Tan solo existe una regla: ningún jugador puede sentir dolor real.

Pero ya se sabe que toda regla tiene su excepción. Para cierto grupo de jugadores, Barliona se ha convertido en su infierno personal. Se trata de convictos que son enviados a Barliona para cumplir su condena. Su motivación dista mucho de conseguir el oro de los dragones o hacerse con abundantes botines. En este infierno virtual, deben concentrarse en una única misión: sobrevivir.